Este mes nuestra escuela se ha llenado de color, aromas frescos y una creatividad desbordante gracias a nuestro proyecto de arte inspirado en Giuseppe Arcimboldo, el artista que transformaba frutas, verduras y flores en sorprendentes rostros llenos de vida. Su obra, tan visual y estimulante, está siendo un punto de partida maravilloso para trabajar con los niños y niñas de la escuela, ya que conecta con su manera natural de explorar: a través de los sentidos, el asombro y el juego.

Arcimboldo nos permite acercar el arte a la infancia de forma sencilla y significativa. Sus retratos nos invitan a observar con curiosidad, a descubrir formas nuevas en objetos cotidianos y a entender que la creatividad no tiene límites. Para los más pequeños resulta fascinante ver cómo una manzana puede convertirse en una mejilla o cómo unas flores pueden formar un peinado. Esta mirada artística despierta su imaginación, favorece la creatividad, potencia el pensamiento simbólico y les anima a expresarse de manera espontánea.

A lo largo del mes hemos desarrollado diferentes propuestas que han dado coherencia y continuidad al proyecto. A través de la técnica del collage, los niños han creado sus propias composiciones al estilo Arcimboldo, escogiendo y combinando recortes de frutas, verduras y vegetales. Este proceso les ayuda a desarrollar la motricidad fina, la coordinación ojo-mano y la capacidad de decisión, además de permitirles expresarse libremente. También hemos disfrutado de sesiones de pintura con pincel, experimentando con colores inspirados en la naturaleza y diferentes tipos de trazos, una actividad que les concentra, les relaja y les invita a descubrir nuevas posibilidades.

El proyecto también incluye momentos de lenguaje y juego, como las adivinanzas sobre frutas, que favorecen la atención, el vocabulario y la asociación de ideas, mientras generan risas y participación activa. Los cuentos cantados, como “Frutas” de Kalandraka, nos están acompañando en las rutinas diarias, enriqueciendo el lenguaje oral y la expresividad corporal. Y, por supuesto, nuestros talleres sensoriales con fruta de temporada están siendo una experiencia estrella: oler, tocar, exprimir, manipular y degustar la fruta les permite conocerla desde la experimentación directa, fortaleciendo sus sentidos y fomentando una relación positiva con la alimentación saludable.

Como novedad, hemos incorporado en la asamblea una rutina muy especial en la que trabajamos las emociones a través de rostros creados con elementos naturales, siguiendo también la inspiración de Arcimboldo. Utilizamos frutas, verduras, flores y partes de la cara en distintos materiales para construir expresiones alegres, tristes, sorprendidas o enfadadas. Esta dinámica no solo les divierte, sino que les ayuda a reconocer emociones, ponerles nombre y comprenderlas, todo desde una mirada creativa y cercana.

Todas estas experiencias, conectadas entre sí, han creado un hilo conductor que los pequeños están disfrutando enormemente. Se acercan a cada propuesta con entusiasmo, descubren nuevas sensaciones y avanzan en autonomía, lenguaje, motricidad y expresión artística. Para nosotras, como educadoras, es un auténtico placer ver cómo cada día crecen, experimentan y se sorprenden.

Gracias, familias, por acompañarnos en este camino. Nos encanta compartir con vosotros la magia que viven vuestros hijos e hijas en la escuela. ¡Seguimos creando juntos!